Para las diestras, aplicar el esmalte de uñas en la mano izquierda es un juego de niños, pero es cuando tienes que usar la mano izquierda para aplicarlo en la mano derecha cuando todo se complica. Lo contrario es cierto para los zurdos que tienen la misma dificultad para aplicar el barniz con la «mano equivocada». Aquí están nuestros cinco consejos para hacer precisamente eso.
1. Recoge el barniz con la mano dominante
Recoger el barniz ya está haciendo casi la mitad del trabajo, por lo que también podría facilitar las cosas usando la mano dominante para hacerlo. Esto permite tomar la cantidad correcta y sin ponerlo por todas partes. Luego basta con pasar la brocha a la mano equivocada para aplicar el barniz.
2. Mantenga el mano equivocada todavía
Todos luchan por usar con precisión su mano mala y los gestos son entonces espasmódico e inexacto. El truco para solucionar este problema es aplicar el esmalte de una manera que haga innecesario ese torpe movimiento de la mano. Para hacer esto, solo sostenga el cepillo firmemente con la mano equivocada, acerque la uña a barnizar y deslícela, presionando suavemente contra el cepillo. El gesto es así más fluido y la aplicación más fácil y homogénea.
3. Coloque el mano sobre la mesa
Poner la mano sobre la mesa te da más estabilidad y precisión en tus acciones. Así que no dudes en apoyarte en la mesa con el dedo meñique o la punta de la palma de la mano. También puede apoyarse apoyando el pulgar en el borde de la mesa, así tendrá muy buen soporte
4. Aplicar esmalte con gestos lentos
Cualquiera que sea el apoyo que tome, debe hacer gestos lo más precisos posible. Para llegar allí, no hay más secretos que concentración y lentitud. Evite los movimientos demasiado bruscos y demasiado rápidos. Presiona lentamente el cepillo sobre la cutícula y desliza el dedo hacia atrás suavemente, sin tirones ni sacudidas. Antes de cada gesto, asegúrese de que su mano y el pincel estén bien colocados, que haya recogido la cantidad correcta de barniz y tómate tu tiempo para cada gestocada paso.
5. Girar la mano y no el cepillo
Las uñas no son superficies planas, sino curvas. Por tanto, es necesario e inevitable girar ligeramente el clavo para poder aplicar el barniz en los bordes más curvos. Este gesto es bastante fácil cuando usas tu mano dominante, pero cuando usas tu mano mala, la tarea se vuelve más complicada. La solución es, nuevamente, muy simple, simplemente gira tu mano buena cuyas uñas pintas, en lugar de girar el pincel. El gesto es entonces más preciso y la aplicación del barniz más homogénea y clara.