Ha llegado la estación cálida y por eso solemos pasar más tiempo al aire libre o dedicar tiempo al jardín, especialmente a la limpieza.
Lo primero que se debe hacer en el jardín.
Lo primero que se puede hacer es retire las hojas secas, elimine las malas hierbas y corte el césped.
Después de la limpieza, el suelo se puede nivelar y fertilizar usando fertilizantes naturales para que penetren bien en el suelo con la ayuda de una pala. Si hay plantas perennes y arbustos en el jardín, pódelos para que puedan florecer lo mejor posible. También puedes empezar a pensar en nuevas plantas para plantar. Otra cosa a hacer es disponer el mobiliario de jardín, aprovechando al máximo los espacios: mesas, sofás, sofás, sillas, columpios, etc. Sin embargo, la primavera es también la período de siembra: hay flores que no necesitan muchos cuidados y otras que necesitan muchos. Por ejemplo, hay geranios que son perfectos incluso para aquellos que no tienen un pulgar para la jardinería precisamente porque no necesitan muchos cuidados. Consiguen sobrevivir en climas templados pero también en invierno y verano y, además de ser bonitos a la vista, ahuyentan a los mosquitos; se pueden plantar en macetas o directamente en el suelo. Otras flores que no necesitan muchos cuidados y son resistentes al frío pero también al calor son las violetas, las prímulas y las aguileñas. Para un jardín que se precie, lo ideal también son las rosas trepadoras que embellecen y sobre todo son resistentes tanto al calor como a las bajas temperaturas (de hecho en invierno lo ideal es protegerlas de las heladas utilizando celofán). Este es también el mejor momento para plantar bulbos de flores de verano como begonias, gladiolos, lirios, caléndulas y dalias: son flores muy hermosas para disfrutar en verano pero que, sin embargo, no soportan las bajas temperaturas y por lo tanto deben cosecharse antes del invierno.